Muchas veces el contenido de nuestras redes sociales y web nos sorprende, pero de mala manera; diseños que sugieren mensajes imprecisos, frases mal construidas o con errores, contenido fuera de contexto, mal gusto, En fin los ejemplos abundan sobre este tema que, en muchas oportunidades, son en parte nuestra responsabilidad como gerentes.
Un bajo nivel de comunicación entre la directiva de la organización (empresa, emprendimiento) y la persona o empresa encargada del diseño de mensajes, puede generar este tipo de sorpresas.
El ejemplo más sencillo y directo se sustenta en hacer un símil entre el oficio de diseñador de modas y un diseñador gráfico:
Si usted se va a mandar a hacer un traje lleva un modelo de muestra o explica claramente que es lo que quiere, de lo contrario le confeccionarán algo, lo más seguro alejado de sus gustos y objetivos, por más que sea hecho “a la medida”.
Otra causa común para que se de esta sorpresa negativa, es la creencia de que el diseño resuelve el problema. Recuerde que el diseñador debe traducir sus ideas al lenguaje visual, iconográfico y conceptual. En definitiva, él no es el creador del emprendimiento. Si no hay ideas claras al respecto poco podrá hacer.
Las redes sociales: el caballo de batalla.
En el marco de esta “nueva normalidad” en la que vivimos, las redes sociales se han convertido en el caballo de batalla de los emprendedores. La búsqueda de información se ha concentrado en el espacio virtual y es allí donde se configura el nuevo “mercado”.
Pero tener una cuenta (o varias) en redes sociales es el paso más fácil. Lo más difícil es mantener la edición de contenidos y atraer a una comunidad virtual potencialmente consumidora de esos mensajes y por consiguiente potenciar la venta o el consumo de nuestros productos.
El asunto no se supera con la frase: ya abrí mi cuenta en las redes (FB, IG, TW, Facebook y la larga lista de etcéteras), ese es apenas una formalidad. Teniendo la cuenta aun usted no tiene, desde el punto de vista comunicacional, nada.
Hacer este paso a ciegas no es recomendable. Lo mejor es entrar con un mínimo de asesoría para hacerlo sobre pasos firmes que permitan un crecimiento constante de cada cuenta.
Que hacer
- Contratar un especialista en comunicación que ajuste el contenido de tus publicaciones en redes y web con los objetivos corporativos de tu emprendimiento u organización. Entender este proceso como parte de tu estrategia de negocios e incorporarlo a los costos.
- Contratar un especialista en comunicación que respete y fortalezca la identidad de la marca basado en principios, valores y representación gráfica de la misma.
- Contratar un especialista en comunicación que diseñe la política editorial de los contenidos a difundir en las redes sociales y web.
- Contratar un especialista en comunicación que seleccione el estilo que mejor convenga y respalde la imagen que has seleccionado para tu emprendimiento y producto.
- Entender que las redes sociales y web NO significan la participación en una carrera por reunir seguidores y alcanzar tráfico (visitas) a tu página. Se trata de consolidad una comunidad virtual sana y con verdadero potencial multiplicador de tus mensajes en la sociedad.
- Entender que, como gerente, en la medida que te involucres de manera preocupada y responsable por el contenido de los mensajes hace que la cuenta exprese el verdadero sentir de la organización.
- Entender que tanto web como redes sociales son medios de comunicación, por lo que, las respuestas oportunas y el intercambio permanente de las opiniones vertidas a través de estos canales fortalecen a la organización o empresa.
- Darle espacio creativo suficiente al equipo comunicacional para que exprese tus ideas de manera adecuada. No pretendas ser el comunicador del comunicador.
Que no hacer
- Seguir la tendencia y abrir una cuenta, solo para no sentirse mal cuando le pregunten: ¿tienes redes sociales?
- Asumir que las tecnologías de comunicación es asunto de los más jóvenes y por eso le entregarás el manejo de marca de tu emprendimiento o empresa a un sobrino que se la pasa con teléfono en la mano.
- Seguir pensando que el negocio está desconectado de tu presencia en la web y las redes sociales. Y que la actividad en éstas es un elemento accesorio.
- Creer que el diseño gráfico resuelve los problemas de comunicación. Esto es como creer que un proyectista resuelve problemas de Arquitectura.