Una de las estrategias que se plantean los empresarios (profesionales en ejercicio, prestadores de servicio, industriales o comercializadores) para afianzar el crecimiento de su negocio, es contar con asesores especializados en áreas específicas de su negocio.
El desarrollo de tecnologías asociadas a la comunicación ha hecho que este factor influya de manera determinante en el éxito de cualquier emprendimiento, al punto que el resultado del control de este proceso, la imagen, forma parte de los activos de cualquier organización.
En la actualidad, una respuesta acertada desde el punto de vista gerencial, es contratar apoyo permanente o puntual, para la resolución de cualquier aspecto derivado de procesos comunicacionales y que pudieran impactar en el resultado del ejercicio del negocio.
Ahora bien, ¿Cuál es la clave para que una asesoría tenga buenos resultados?
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En primer lugar la confianza que existe entre quien contrata y el contratado. Esto es fundamental, ya que, para comprobar el éxito de las propuestas o recomendaciones será necesario ponerlas en práctica, lo cual representa, en la mayoría de los casos, inversiones económicas y temporales para las organizaciones.
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Tan importante como la confianza en el asesor resulta que la organización ejecute las recomendaciones bien sean planes o programas sugeridos por el asesor. Para este no hay peor situación que ver que sus propuestas son desechadas. Es la antesala a la despedida. Esto sólo es el reflejo de falta de confianza en sus propuestas lo que implicaría el quiebre del contrato inicial.
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Definir los objetivos de la contratación;
El ámbito de cobertura de los procesos comunicacionales en las organizaciones es tan amplio que se hace indispensable definir el objetivo, es decir, qué realmente espera la organización de su asesor.
Pueden existir problemas de índole corporativo y su manera de comunicar, de marca, en la manera de conceptualizar el producto y comunicarlo. De estrategia publicitaria. De selección de públicos, incluso de comunicación interna, de los procesos y liderazgos internos de la organización.
En este mismo orden es importante sugerir la característica del trabajo externo, es decir, si se espera de él una asesoría o consultoría con influencia específica en los procesos, estructura y funcionamiento de la organización y en este caso de los equipos de comunicación. O si se espera un trabajo tipo coach, en el que se compromete a liderar el equipo para motivar cambios en su conducta y forma de afrontar las exigencias de comunicación de la organización.
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Establecer formas claras de participación y seguimiento del avance de la asesoría. Es decir, para evitar que en la organización sientan que la asesoría se queda en papeles y presentaciones, es necesario establecer líneas y cronogramas claros de trabajo, en el que el avance del trabajo pueda ser medido y evaluado.
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Entender que en su mayoría, el producto del control del proceso comunicacional de una organización es intangible: en imagen o reputación. Que luego se traduzca en confianza y facilita las ventas es otra cosa. Por lo que, los resultados de este proceso son observables en el largo plazo.
En DIEZONCE, contamos con la experiencia necesaria para generar confianza y, con el paso del tiempo, hemos desarrollado una metodología aplicable a cualquier tipo de organización o emprendimiento. Haz una consulta y emprendamos juntos.